Si, los buceadores también tendemos a resistirnos a los cambios. No nos es fácil dar cabida a nuevas ideas que nos muevan de nuestra zona de confort. Por un lado sentimos que si lo que hacemos lo hacemos bien y nos da buenos resultados ¿para qué cambiar? Por el otro tal vez nos movamos en grupos con los cuales compartimos visiones y métodos. El cambio, en semejante entorno, debe enfrentarse además de a nuestros propios preconceptos y preferencias a los del grupo del cual asiduamente formamos parte.
Pero el objetivo no debería ser el querer cambiar por cambiar. Los cambios, para que sean oportunos, deben estar apuntalados por buenas razones y pasar el exámen de la experimentación . Se trata de encontrar un balance entre lo actual y lo nuevo, sin atarse a lo habitual que puede ser mejorado, pero al mismo tiempo tratando de anticipar los problemas que el cambio puede traer aparejados, si los hubiere.
Recordemos que cuando al principio de la década de los 90 comenzó la movida de introducir nitrox al buceo deportivo, hubo grandes conmociones en la industria. A muchos se los tildó de esto y de aquello, argumentando peligrosidad, cuando en realidad los inquisidores no estaban defendiendo ni al deporte ni a sus practicantes, sino sus mezquinos intereses y los de sus cadenas de distribución. Claro, la oposición comenzó a ceder a medida que se fueron abriendo caminos de entrada al negocio del nitrox. No es que se dieran cuenta que estaban equivocados, nooooo…., solamente habían encontrado la manera de integrarlo a sus ofertas.
Algo similar, aunque a menor escala, sucede hoy día con los recirculadores [1] y con el buceo Solo, para citar un par de ejemplos. Siempre ha habido, y seguramente seguirá habiendo, personas que se opongan a los cambios, a los avances. ¿Es usted uno de ellos? ¿No será que está demasiado empapado, tal vez sin darse cuenta y sin quererlo, con las estrategias comerciales propias o de terceros? ¿Está dejando de lado ese impulso por descubrir, por avanzar, por la aventura, que seguramente lo llevó a interesarse en el buceo en un principio?
No deberíamos hacernos eco de etiquetas rígidas, no podemos ser defensores inclaudicables de verdades absolutas. No hay que prohibir lo que no nos guste, ni desalentar aquello que no queramos hacer nosotros. No tenemos que repetir eslóganes empaquetados. Recordemos que muchas de esas verdades absolutas, no son ni tan absolutas ni tan verdaderas. Seguramente gran parte de ellas son en realidad recomendaciones relativas, transitorias, circunstanciales.
Entiendo que los mercaderes traten de minimizar la responsabilidad civil que el encabezar el desarrollo de un nuevo mercado les puede acarrear. ¿Para qué arriesgarse con algo nuevo? Mientras todos sigan los mismos caminos de oferta, si algo sale mal las responsabilidades caen en areas grises, o al menos tienen la excusa de que están haciendo lo ampliamente aceptado por la industria. Pero debería ser inadmisible desde nuestro punto de vista, el del buceador, el del amante a éste deporte.
Muchos buceadores, realmente muchos, también defienden la dosificación del conocimiento y apoyan directa o indirectamente la tutela de nuestro deporte por parte de los mercaderes. No se dan cuenta de ello, lo hacen de buena fe. Pero como dicen por allí, el camino al infierno esta empedrado de buenas intenciones.
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[1] Rebreathers, tal y como se los conoce en inglés.