Muchas veces el poner un SPG [1] o no ponerlo es causa de algún que otro debate. Personalmente, y durante buceos de naufragios, prefiero minimizar el número de mangueras y en lugar de dos SPGs [2] utilizo un par de transmisores en mis cilindros de fondo. Y no es solamente porque el leer la presión de mis cilindros en mis computadoras de buceo me resulte más cómodo.
Los defensores del SPG podrían preguntar si efectivamente vale la pena preocuparse por una simple manguera extra, o en mi caso particular por dos. Y aunque la respuesta en la enorme mayoría de los casos sea un rotundo “tal vez no”, no podemos dejar de considerar que en algunos casos muy puntuales podría llegar a ser un tímdo “si, vale la pena”.
Esto último es especialmente válido al bucear Solo; donde por lo menos podemos afirmar que es prudente reducir al máximo cualquier posible punto de enganche o enriedo. Los naufragios por lo general poseen algunos pasajes o puntos de acceso realmente estrechos; cuanto menos mangueras tenga conmigo, mejor me siento.
Además los naufragios más floridos, esos naufragios naturales con gran cantidad de puntas, cables, varillas y pedazos de metal retorcido de muchas formas y tamaños, son caprichosos y muchas veces parecen querer estirarse para atrapar parte del equipo de buzos distraídos.
Estamos de esta manera eliminado decididamente un posible punto de falla [3], o dos. La pequeña manguera de 6 pulgadas (unos 15 centímetros) es muchos menos proclive a enriedos que la 6 veces más larga utilizada con los SPGs.
Pero los transmisores no son infalibles; ¿no deberían también ser considerados puntos débiles del sistema? Claro que si, pero buceando naufragios el peligro de enriedo es para mi por lejos el más importante.
No, no llevo las mangueras todas sueltas y colgando (generalmente), pero al bucear en lugares restringidos es mejor tomar cuanta precaución se pueda.
¿Pero qué sucede si el transmisor se daña? La respuesta simple es que se abortaría la buceada. En mi caso concreto utilizo dos transmisores (uno en cada regulador primario), y ya tienen seis o más años cada uno y nunca han fallado. El tener que abortar una buceada de manera temprana, cada varios años, es una mejor solución a cargar en cada una las buceadas, durante todos esos años, dos posibles puntos de enriedo adicionales.
Por otro lado la pérdida absoluta de la capacidad de leer la presión en mis cilindros de fondo, lo que me sucedería si mis dos transmisores fallaran en la misma buceada, no es lo que considero una verdadera emergencia. Recordemos que una vez que ganamos cierta experiencia recurrimos al SPG o a la lectura de presión en la computadora para comprobar que la cantidad de gas en nuestros cilindros de fondo es la que mentalmente sabemos o intuimos que tenemos.
No debería suceder tal cosa como “no tengo la menor idea de cuánto gas me queda; voy a mirar el SPG para saber”.
Es cierto, sin embargo, que es frecuente la pérdida momentánea de la comunicación entre el transmisor y la computadora. Pero no es cuestión de vida o muerte, ni mucho menos. Mover los brazos para adquirir nuevamente la señal no cuesta nada y dado que el período de censado y transmisión es generalmente de 10 segundos o menos, la espera no será larga para obtener la próxima lectura.
En los cilindros de descompresión o las botellas de stage [4] [5] es cómodo incluir un SPG de botón o un SPG regular en una manguera corta, 6 pulgadas, debidamente soportada de alguna forma no cuelgue, evitando que sea una molestia o que se convierta en un posible punto de enriedo.
Semejantes SPGs no ocupan espacio, no pesan, y son de buena ayuda en caso de tener que pasar los cilindros de descompresión o stage a terceros. A mi me gustaría que ante una emergencia, si alguien me pasa una botella de stage o deco, ésta tenga además de la etiqueta indicando su contenido de manera lógica, un medidor de presión para no tener que estar preocupado esperando un último respiro durante el ascenso controlado.
Y como se podrán imaginar, en más de una oportunidad he recibido interminables discursos y charlas sobre como “siempre hay que llevar un SPG, al menos como respaldo del transmisor”, por parte de muy bien intencionados buzos que se percatan de mi “imperdonable olvido”. Hay buzos a los que no les entra en la cabeza que otros hagan las cosas de manera diferente. Ese es el motivo más común de mis calenturas. Hoy por hoy los escucho, intento dar mi opinión, y si veo que son impermeables a ella los atiendo y hasta les contesto con un “ …. ahhhh, si, si, ….. ta bien …”, y sigo con lo mio.
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[1] SPG (por las siglas en inglés de Submersible Pressure Gauge) o manómetro es el nombre que le damos a ese pequeño medidor de presión, analógico, muchas veces de unos 5 centímetros o 2 pulgadas de diámetro que llevamos conectado a la primera etapa de nuestros reguladores, en un puerto de alta presión, por medio de una manguera también de alta presión, sea el tipo que fuere [2].
[2] Si bien el transmisor que se utiliza con aquellas computadoras que integran la función de medición de presión también es un SPG, no es SPG el término habitual que utilizamos para referirnos a éstos.
[3] Aunque debo admitir que nunca me ha fallado un SPG, y aún aunque se produzca una falla, dadas las características de los puertos de alta presión, ésta no será causa de peligro inminente.
[4] Realmente no se como se llama a las botellas de stage (el término completo en inglés es stage bottle) en español, en aquellos lugares en los cuales no la llamen botella o cilindro de stage. Siempre la he llamado así, incluso buceando con otros buzos de habla hispana.
[5] Las botellas de stage a las que hago referencia son aquellas que llevo como reserva y que dejo en algunos puntos específicos del naufragio, a manera de seguro ante una posible situación de emergencia, para aquellas buceadas de penetración verdaderamente prolongadas o logísticamente complicadas. No es común, generalmente no lo hago, pero lo he hecho en algunos casos.